Oporto es una de las ciudades más populares de Portugal y, pese a ser la segunda más grande, es fácil visitarla en un fin de semana. Este lugar tiene una magia especial que conquista a quienes la van a ver, gracias a su historia, cultura, arquitectura y, por supuesto, su famoso vino. Para facilitar tu estancia, te hemos preparado esta lista de lugares imprescindibles de Oporto.
La Ribeira
La Ribeira es un barrio antiguo y muy emblemático, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su belleza, sus estrechas calles empedradas y su arquitectura histórica.
Alberga una gran cantidad de restaurantes y cafeterías con encanto y ofrece unas impresionantes vistas del río Duero y de las bodegas de Vila Nova de Gaia, en la orilla opuesta.
El Puente de Don Luis I
El Puente de Don Luis I es, sin duda, una de las grandes joyas arquitectónicas de Oporto y un símbolo inconfundible de la ciudad. Fue inaugurado en el año 1886 y diseñado por Téophile Seyrig, colaborador de Gustave Eiffel, de ahí las claras reminiscencias a la Torre Eiffel en su estructura de hierro.
El objetivo de la construcción de este puente era unir Miragaia con Vila Nova de Gaia, dado el crecimiento comercial que estaba experimentando la urbe durante el siglo XIX y que motivó a mejorar las comunicaciones entre este barrio de Oporto y la ciudad vecina.
Tiene dos pisos, una longitud de 385 metros y 44 metros de altura. La parte superior está destinada al metro, mientras que la inferior lo está para los vehículos. Ambas zonas tienen carriles adaptados para peatones. Si cruzas por la parte de arriba, observarás una panorámica única de la Ribeira y del río Duero.
Librería Lello e Irmão
Para los amantes de la literatura, la Librería o ‘Livraria’ Lello e Irmão es un lugar que debe estar en tu lista de indispensables. Está situada en un edificio neogótico del siglo XIX y su interior parece sacado de un cuento de hadas, con una espectacular escalera de madera tallada y ventanales coloridos.
Tiene una gran variedad de libros en diferentes idiomas, por lo que es perfecta vengas de donde vengas.
Esta librería ha sido objeto de mitos y leyendas urbanas. Se dice que J.K. Rowling, que vivió durante dos años en Oporto, se inspiró en este lugar para crear ciertos elementos de la saga Harry Potter, como el callejón Diagon.
Para poder entrar, debes comprar una entrada allí o a través del siguiente enlace. La básica cuesta 8 € y el importe se descuenta del precio de un libro si lo adquieres.
Mercado de Bolhão
Este mítico mercado está en uno de los barrios más bonitos de la ciudad y tiene su origen en el año 1839, cuando se construyó la plaza. En 1914, el arquitecto António Correia da Silva realizó el proyecto para levantar el Mercado de Bolhão, con un estilo innovador y moderno para la época.
Está considerado como Bien de Interés Patrimonial y Monumento de Interés Público. Su estructura metálica se divide en dos pisos, en el primero encontrarás puestos de todo tipo, desde flores, café, frutas, verduras, carnes, pescados, dulces y vinos hasta souvenirs.
El segundo piso tiene una parte dedicada a exposiciones, ferias y congresos culinarios y otra para nuevos restaurantes. Te recomendamos que lo visites, aunque no tengas intención de comprar nada, por la experiencia de sumergirte en este lugar y en su ambiente.
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Iglesia de San Ildefonso
La Iglesia de San Ildefonso data del siglo XVIII y está decorada con azulejos blancos y azules tradicionales portugueses colocados en 1931 que relatan escenas de la vida de San Ildefonso y del evangelio.
El templo es de estilo barroco y rococó y no solo destaca por su exterior, ya que su interior alberga bellas obras de arte sacro. Es un lugar ideal para apreciar el vínculo entre la devoción religiosa y la rica tradición artística de Oporto.
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Jardines del Palacio de Cristal
Si necesitas un poco de paz y tranquilidad durante tu viaje y quieres desconectar del bullicio de la ciudad, los jardines del Palacio de Cristal deben ser tu siguiente parada. Están situados en la parte alta de Oporto y ofrecen unas vistas panorámicas del río Duero y de toda la urbe.
Aunque el palacio que daba nombre a estos jardines fue demolido en 1951, el parque continúa siendo uno de los lugares más hermosos de la zona. Puedes recorrer sus senderos, observar las esculturas que decoran los caminos y hasta ver los patos, pavos reales o gallinas que pasean por el lugar a sus anchas.
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La Sé o Catedral de Oporto
Otro de los imprescindibles es la Sé o Catedral de Oporto. Este edificio, de estilo gótico-románico, comenzó su construcción en el siglo XII y ha sido testigo de algunos de los momentos más importantes de la historia de la urbe. En la plaza de la Catedral hay una columna que se utilizaba para ajusticiar a los criminales.
La Sé, además de destacar por su arquitectura, también lo hace por las impresionantes vistas panorámicas que ofrece desde su terraza. Desde este punto elevado disfrutarás de una vista de 360 grados sobre los tejados de Oporto, el río Duero y las bodegas.
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El barrio de Miragaia
Menos conocido que la Ribeira, pero igualmente encantador, es el barrio de Miragaia, uno de los lugares más pintorescos y auténticos de Oporto. Es una antigua zona marinera con calles empedradas, casas coloridas y un aire tranquilo, ideal si quieres explorar una parte más local y menos turística.
Miragaia es perfecto para que te pierdas sin rumbo fijo y disfrutes de los callejones estrechos y sus vistas al río. Entre sus atractivos se encuentra el World of Discoveries, un museo interactivo inspirado en los viajes de los navegantes portugueses.
También puedes visitar la Alfândega do Porto, un recinto cultural que acoge exposiciones, o el Palacio das Sereias, un edificio aristocrático construido sobre una antigua judería y que se cuenta que estuvo maldito.
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La Iglesia y Torre de los Clérigos
Si hay una estructura que define el horizonte de Oporto, esa es la Torre de los Clérigos, otro de los puntos de referencia que no te puedes perder. La torre, que forma parte del conjunto arquitectónico de la Iglesia de los Clérigos, es uno de los mejores ejemplos del barroco en la ciudad. Fue construida entre los años 1732 y 1750 por el arquitecto Nicolau Nasoni y ofrece la mejor vista panorámica de la urbe desde lo alto de sus 240 escalones.
La Iglesia de los Clérigos también merece una visita. Su fachada e interior barroco son un testimonio del esplendor arquitectónico de la época y, en conjunto con la torre, crean una de las imágenes más inolvidables de la ciudad.
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La Capilla de las Almas
En pleno centro está la Capilla de las Almas, uno de los ejemplos más hermosos de la tradición del azulejo portugués. Esta iglesia, ubicada en la Rua de Santa Catarina, deslumbra gracias a su fachada completamente cubierta de 16.000 azulejos blancos y azules con escenas de la vida de Santa Catalina y San Francisco de Asís, los santos venerados en el templo.
Rua de Santa Catarina
Al salir de la Capilla de las Almas, te recomendamos que pasees por la Rua de Santa Catarina, una calle peatonal comercial de Oporto que va desde la Praça do Marquês de Pombal hasta el café Majestic, un edificio de estilo modernista muy famoso.
Durante tu recorrido verás diferentes tiendas, restaurantes y la conocida Fábrica de Natas, que tiene pastelitos típicos parecidos a los de Belém.
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Las Bodegas de Vila Nova de Gaia
Sería impensable hablar de Oporto sin mencionar uno de sus productos estrella: el vino de Oporto. Las bodegas de Vila Nova de Gaia, situadas justo al otro lado del Puente Don Luis I, son el lugar ideal para conocer de cerca la historia y el proceso de elaboración de este vino.
Te animamos a que recorras una de estas bodegas para aprender sobre sus distintas variedades y disfrutar de una cata. Algunas de las más conocidas son Sandeman, Graham’s o Cockburn’s.
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Estación de São Bento
Finalmente, ningún recorrido por Oporto estaría completo sin una visita a la Estación de São Bento, considerada una de las estaciones de tren más hermosas del mundo. Su gran atractivo radica en los más de 20.000 azulejos que decoran su vestíbulo, los cuales narran episodios clave de la historia de Portugal. Es un verdadero museo de arte portugués que se puede disfrutar sin necesidad de pagar entrada.
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